Ni Julio Verne, ni G. H. Welles, ni Arthur C. Clarke, ni Ray Bradbury han sabido describir el futuro con tanta clarividencia, sentido del humor y simpatía como ha hecho Luis Pérez Calvo en sus dibujos y pinturas.Gracias a él sabemos que los robots, lejos de ser seres peligrosos para los humanos, son afables, bulliciosos y bromistas; que una dieta sana y equilibrada no puede olvidar los churros, el algodón de azúcar y los buñuelos; que las verbenas vivirán una nueva edad de oro en el siglo XXI; que el vinilo, los casetes y el VHS serán los soportes musicales del futuro y que las carreteras serán automáticas para que los automovilistas vayan a sus destinos más relajados que el mismísimo George Supersónico. Unas carreteras automáticas (o Automatic Roads en su denominación comercial) que nos harán la vida más sencilla y que ya fueron esbozadas por LPC en un dibujo que data de 2005. A ver si los ingenieros de caminos se ponen manos a la obra y las construyen de una vez por todas.
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