
Mientras que el público vibraba con las lentejuelas, los chistes gruesos de doble sentido y las piernas de las vedettes, las autoridades eclesiásticas removían Roma con Santiago para prohibir las representaciones por considerarlas pecaminosas.
Como recuerdo de esos entrañables espectáculos y homenaje a esos artistas que se dejaron la piel por los caminos para hacernos pasar un buen rato, aquí va este dibujo de Luis Pérez Calvo.
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