
Inmeditamente hemos sacado nuestra rolleiflex para tomarle una fotografía, pero nos hemos dado cuenta de que no teníamos carrete; entonces hemos echado mano de nuestra cámara digital pero tenía la tarjeta de memoria llena; por último hemos recurrido al teléfono móvil pero no tenía batería.
En defintiva, que harto de tanto lío, Luis Pérez Calvo ha sacado los pinceles, las pinturas y ha conseguido inmortalizar a la criatura antes de que se sumergiera de nuevo.
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